Cómo Hacer Yogures Caseros Sin Lácteos y Probióticos

Cómo Hacer yogures caseros sin lácteos y enriquecidos con probióticos es una experiencia que disfruto porque me permite crear un producto más saludable, sabroso y adaptado a mis necesidades. 

Además, me asegura que no estoy consumiendo aditivos innecesarios ni azúcares añadidos. 

Aquí voy a explicarte cómo hacerlo, desde los ingredientes hasta el proceso de fermentación, y cómo puedes personalizarlos según tus gustos.

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Cómo Hacer Yogures Caseros Sin Lácteos y Probióticos

Beneficios de los Yogures Caseros Sin Lácteos

Hacer mis propios yogures me aporta muchísimos beneficios.

Por ejemplo, sé exactamente qué estoy consumiendo y puedo asegurarme de que cada ingrediente sea de calidad. 

Los probióticos que agrego ayudan a mantener mi salud intestinal en óptimas condiciones, algo que valoro muchísimo. 

Además, al no utilizar lácteos, son aptos para veganos y para quienes tienen intolerancia a la lactosa. 

Por si fuera poco, puedo experimentar con sabores y texturas, lo que los hace mucho más interesantes que los yogures comerciales.

Ingredientes Principales

Para hacer estos yogures solo necesito unos pocos ingredientes esenciales. 

Aquí te los detallo:

  • Leche vegetal

La base del yogur. 

Dependiendo de la que elija (como coco, almendra o anacardo), obtendré distintas texturas y sabores.

  • Probióticos

Uso cápsulas probióticas veganas o cultivos iniciadores aptos para fermentación.

  • Espesantes naturales (opcional): 

Si quiero un yogur más cremoso, utilizo agar-agar, fécula de tapioca o semillas de chía molidas.

  • Endulzantes naturales (opcional): 

Prefiero dátiles, miel de agave o un toque de stevia si quiero un yogur más dulce.

Cómo Elegir la Base Vegetal

Dependiendo del resultado que busco, elijo diferentes tipos de leche vegetal. 

Aquí te cuento cuáles son mis favoritas:

Leche de Coco

La leche de coco es mi preferida si quiero un yogur cremoso y con un sabor ligeramente dulce. 

Uso siempre leche de coco entera, ya que la baja en grasa no logra la textura deseada.

Leche de Almendra

Cuando busco un yogur más ligero y con un sabor neutro, la leche de almendra es mi mejor opción. 

Sin embargo, suele necesitar un poco de espesante para lograr una buena consistencia.

Leche de Anacardo

La leche de anacardo es naturalmente cremosa, lo que la hace perfecta para conseguir un yogur espeso sin necesidad de añadir otros espesantes. 

Además, su sabor es suave y combina bien con frutas y especias.

Equipo Necesario

El equipo que utilizo es sencillo y probablemente ya lo tengas en casa:

  • Frascos de vidrio: Para almacenar el yogur durante la fermentación.
  • Batidora: La uso si necesito mezclar bien la leche con los espesantes.
  • Termómetro de cocina: Opcional, pero útil para asegurarme de que la leche esté a la temperatura adecuada antes de añadir los probióticos.
  • Un lugar cálido para fermentar: Puede ser una yogurtera, un horno apagado con la luz encendida o incluso envolver los frascos en una manta.

Preparación Paso a Paso

Calentar la Base Vegetal

Lo primero que hago es calentar la leche vegetal hasta que esté tibia, alrededor de 40-45 °C. 

Este paso es crucial porque los probióticos necesitan una temperatura cálida para activarse, pero si está demasiado caliente, podrían morir.

Añadir los Probióticos

Abro las cápsulas de probióticos y las mezclo con la leche tibia. 

Este paso lo hago con cuidado, removiendo suavemente para que los microorganismos se distribuyan bien.

Incorporar Espesantes (Opcional)

Si quiero que el yogur quede más espeso, añado un poco de agar-agar (previamente disuelto en agua caliente) o semillas de chía molidas. 

Esto mejora la textura, sobre todo si utilizo leches más líquidas como la de almendra.

Fermentar

Vierto la mezcla en frascos de vidrio limpios y los coloco en un lugar cálido.

El proceso de fermentación suele durar entre 8 y 12 horas, dependiendo de qué tan ácido quiero el yogur. 

Durante este tiempo, los probióticos hacen su magia y convierten la leche en un yogur lleno de beneficios para la salud.

Refrigerar

Una vez que el yogur ha fermentado, lo meto al refrigerador por al menos 4 horas. 

Este paso no solo detiene la fermentación, sino que también mejora la consistencia y el sabor.

Variaciones y Sabores

Una de las cosas que más disfruto de hacer yogures caseros es experimentar con sabores. Aquí te doy algunas ideas que puedes probar:

  • Con frutas frescas: Puré de fresas, mango o arándanos mezclado antes de refrigerar.
  • Con especias: Canela, vainilla, cardamomo o incluso un toque de cúrcuma para un sabor exótico.
  • Con chocolate: Cacao en polvo puro para un yogur achocolatado y saludable.
  • Con frutos secos: Almendras laminadas o nueces para un toque crujiente.

Conservación

Guardo los yogures en frascos sellados dentro del refrigerador. 

Suelen durar entre 5 y 7 días, aunque siempre me aseguro de usar utensilios limpios para evitar contaminarlos.

Resolviendo Problemas Comunes

  • Si el yogur tiene un olor extraño o moho, lo descarto de inmediato. Esto podría ser signo de contaminación.
  • Si queda muy líquido, probablemente se deba a la base vegetal que usé. Agregar espesantes soluciona esto rápidamente.
  • Si no tiene el nivel de acidez que me gusta, ajusto el tiempo de fermentación en los próximos intentos.

¿Son Realmente Saludables los Yogures Veganos Caseros?

Sin duda, estos yogures son una opción súper saludable. 

Son ricos en probióticos, que ayudan a mejorar la digestión, fortalecen el sistema inmune y contribuyen al bienestar general. 

Además, al no contener lactosa ni aditivos, son más fáciles de digerir y mucho más naturales que las opciones comerciales.

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Ahora ya sabes Cómo Hacer yogures caseros sin lácteos y probióticos

Conclusión

Hacer mis propios yogures caseros sin lácteos ha sido una de las mejores decisiones que he tomado.

Es una manera de disfrutar de un snack saludable, delicioso y completamente adaptado a mis necesidades. Con ingredientes simples y un poco de paciencia, puedo crear yogures únicos, llenos de sabor y beneficios para mi salud. 

Si aún no lo has intentado, te animo a que lo hagas. 

¡Te sorprenderá lo fácil y gratificante que es!

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